¿Qué dificultades te encontraste al llegar al país de destino?
Muchas, porque mi terreno laboral estaba entrando en crisis y algunas instituciones se iban cerrando. La vez que me quedé más sorprendida fue cuando fui seleccionada (pero no finalmente contractada) para una oferta de trabajo a la que se habían presentado 1.500 currículos, de los cuales 100 fueron escogidos.
Por temas burocráticos no me encontré ningún problema, ya que mi pareja es holandesa y eso me facilitó las cosas para saber qué caminos había que coger.
¿Te costó mucho encontrar el primer trabajo? ¿Cuál fue la vía para conseguirlo?
Sí y no. El primer trabajo que tuve, lo conseguí gracias a las prácticas del máster que ya hice aquí en Ámsterdam. Era un trabajo esporádico y no fijo, solamente para cuando tenían picos.
¿Qué incidencia tiene el conocimiento y dominio de la lengua en las expectativas de integración?
Según mi punto de vista, aquí en Holanda hay que saber el idioma. Está claro que hay gente que vive en Ámsterdam hace 5 o 10 años y no habla holandés, pero es gente que no está integrada y su vida gira alrededor de amistades también extranjeras. Si quieres conocer el país a fondo y quieres ser apreciado por sus habitantes, debes aprender la lengua.
¿Cuáles son las diferencias más relevantes respecto al mundo laboral a Catalunya?
En mi sector (el artístico y cultural), la diferencia más relevante es que no existe el funcionariado, así que cualquier museo o institución cultural puede ser un buen lugar para enviar el CV. Aquí no hay un funcionariado como el que conocemos nosotros, con trabajos para toda la vida; sino que, si no haces bien el trabajo, vas a la calle; y si quieres entrar a trabajar en un lugar público, pasas una selección como se haría en cualquier otra empresa.
Otra diferencia respecto al mundo laboral de Catalunya es que en general (no solamente en mi sector) los sueldos son más altos y se valoran mucho más el trabajo y las horas que se dedican.
També es importante el hecho que, si quieres ser autónomo, no tienes que pagar una cuota mensual como en España sino que desde enero del año pasado es gratuito, y antes de enero había que pagar 40 euros aproximadamente para darse de alta a la cámara de comercio y ya estaba. Eso sí, debes llevar al día la declaración trimestral del IVA, pero si no has facturado nada, pones un 0 y listo.
¿Te beneficiaste de acciones de acogida en el país receptor?
No.
Si retrocediéramos en el tiempo, justo antes de irte, ¿qué información habrías agradecido tener?
Me habría gustado tener más información sobre la manera de votar desde el extranjero en les elecciones generales, ya que desde que estoy aquí solamente he podido votar una vez: fui una de las personas que nos quedamos sin poder votar en las pasadas elecciones por mala información del consulado español en Ámsterdam.
Dada tu experiencia, si tuvieras que dar un consejo a quien acaba de llegar, ¿cuál sería?
Mi recomendación sería que se apuntase a un curso de neerlandés, porque aquí, incluso para el trabajo más simple, se necesita. ¡Ah! Y también le diría que no se piense que aquí, como se dice en catalán, lliguem els gossos amb llonganisses, porque a los que somos de fuera ¡nos cuesta hacernos un sitio!