¿Qué dificultades te encontraste al llegar al país de destino?
Para nosotros, ha sido todo un reto.
Al tener cinco hijas de edades diferentes, dos de las cuales adolescentes, no eres solamente tú que vas a la aventura y a probar suerte, sino que debes pensar en cómo repercutirá en la vida de tu familia: cómo afectará a tus hijas en los estudios, cómo se adaptarán al idioma y de qué manera se integraran en el país.
¿Te costó mucho encontrar el primer trabajo? ¿Cuál fue la vía para conseguirlo?
El contacto se estableció a través de mi marido. Yo trabajaba para la competencia de la empresa donde estoy ahora, y mi marido trabajaba para la empresa donde trabajo ahora, así que coincidimos los dos.
Los responsables de la empresa se dieron cuento de que mi marido no podía continuar trabajando desde la distancia y le propusieron venirse, y a mí me hicieron la propuesta de incorporarme a la empresa. He vivido mi proceso de forma paralela al que ha vivido él.
La vía para encontrar trabajo, pues, fue a partir de la red de contactos laborales que ya teníamos. Cabe decir que en mi caso la empresa tuvo que demostrar que necesitaba mi perfil y que era una posición que no podía ocupar ninguna persona local.
¿Qué incidencia tiene el conocimiento y dominio de la lengua en las expectativas de integración?
Pienso que mis hijas lo han notado más, porque si hasta hace poco estudiaban en catalán y castellano ahora lo hacen en francés, que inicialmente es obligatorio. Han aprendido la lengua gracias a un sistema de acogida que les ha permitido integrarse muy rápidamente.
¿Cuáles son las diferencias más relevantes respecto al mundo laboral a Catalunya?
Básicamente, hay una diferencia en la forma de trabajar, en la organización, que es muy diferente. En cuanto al carácter, la gente es mucho más cerrada y cuesta más compartir cosas.
Además, el horario es muy marcado, también hago más horas. En definitiva, se funciona de otra manera.
¿Te beneficiaste de acciones de acogida en el país receptor?
La empresa nos estaba esperando, y nos ayudó mucho con los papeles y a la hora de resolver dudas (por ejemplo relacionadas con la tarjeta sanitaria).
No nos pusieron ninguna traba, considero que somos muy afortunados.
Y la escuela nos ofreció cursos de francés.
¿Cuál es el hábito social del país que más te ha sorprendido?
Me ha sorprendido la costumbre de llevar al trabajo la famosa boîte à lunch, es decir, la fiambrera. Me sorprende mucho comer en la oficina en lugar de salir a la calle. Pero lo entiendo, porque es una costumbre que se forja desde la escuela.
Si retrocediéramos en el tiempo, justo antes de irte, ¿qué información habrías agradecido tener?
Me habría gustado conocer los hábitos y las costumbres del país, para poder adaptarme mejor.
Dada tu experiencia, si tuvieras que dar un consejo a quien acaba de llegar, ¿cuál sería?
Mi consejo sería ser muy abierto, muy honesto. La gente te ayuda, es muy amable. Además, las organizaciones, si no te pueden dar apoyo, como mínimo te aportan la posibilidad de conocer a más gente, y así no te encuentras solo.